Mi primer 10K - .

Noticias

La vida es como un maratón

Ver Más

martes, 18 de agosto de 2020

Mi primer 10K





MI PRIMER 10k
Por: Roy Machado

antes del COVID-19 Cada domingo en cualquier rincón del mundo se realizan carreras de resistencia física. Estas pruebas pedestres van desde 5K pasando por la más popular 10k hasta llegar a los 21K (media maratón) y 42K (maratón). Han ganado ciento de miles de seguidores porque motivan a iniciarse en una disciplina que invita a llevar una vida más saludable, además marcan un nuevo estilo de vida.  

Créditos: Roy Machado Apolinar 
autor del libro: Corro luego pienso

Cuando comencé a realizar las denominadas carreras domingueras, inmediatamente empecé a escuchar voces que me decían “estás loco”, “sólo a ti se te ocurre”, “los domingos son para descansar”, “qué va compadre, no soy caballo”, y muchas cosas más. Lo mismo que me dijeron cuando empecé con mis ideas de emprender negocios en la búsqueda de libertad financiera.

La verdad es que llevaba una vida sedentaria ocupado con el trabajo de oficina, pero mantenía en mi mente la firme idea de retomar el placer de correr. Fue así, como me inicié con pequeños trotes que iban desde 25 minutos hasta llegar a la hora. La idea estaba centrada en la preparación para empezar a cruzar metas en los 10K. Buscaba demostrarme una vez más la importancia de mantener la llama viva del fuego de mis sueños. De esta forma, me atreví a invertir en mi salud impactando de forma directa en mejorar los hábitos de alimentación, mientras hacía entrenamientos de dos a tres veces por semana, alcanzando con el pasar de un par de meses cinco veces por semana.

Trataba de entrenar tanto como me lo permitía mi estricto horario en ese momento, dividido entre  mis labores ejecutivas, profesor universitario de noche, asesor empresarial, y papá-esposo las 24 horas del día. Mi único estímulo obedecía al impulso de un emprendedor enamorado. Y se basaba en mantenerme optimista ante las adversidades para obtener un aprendizaje resiliente. Asimile aprendí y entendí que se trataría de un proceso nuevo, donde el cuerpo y mente comenzaban a formar un equipo.  

Las carreras te enseñan a sacar lo mejor de ti, sumando aprendizaje y salud en cada encuentro sobre un asfalto que te lleva a buscar tu mejor versión. En esta disciplina alcanzas a comprender rápidamente, que cada revés  te dejará una experiencia llena de aprendizaje. De ahí, la fuerza de  levantarte con más fuerza, e ir por una nueva meta. Ya había anclado mi objetivo y sabia donde estaba y donde deseaba estar. Era ahí, debajo del arco de llegada viviendo la euforia de saberme capaz de cruzar en ese momento un 10K, con el aliento impulsado por el coraje de una mente encaminada a fortalecerse su “yo ganador”.

Después de un par de meses de entrenamiento, tocó el momento de realizar la primera carrera 10K. Aún recuerdo el miedo que sentí el día del evento. Parado en el punto de partida, me sentía como la primera vez que invertí en un emprendimiento de negocio. Era el temor de no culminar la carrera, como en los negocios de fracasar en la inversión. Recordé en ese momento lo mencionado por Lynn H. Colwell en el sitio Web I am  Entrepreneur, donde señala: “hay que tener fe en uno mismo, incluso hasta el punto de creer ciegamente”.

Diez nueve ocho siete seis cinco cuatro tres dos uno partida!

Ya en plena carrera, desde el kilómetro dos aparecieron los estragos del cansancio, la deshidratación, dolores musculares y ese saboteador interno que me decía: “¿para qué te metiste en esto?”. Sin embargo, se impuso la convicción y el deseo de culminar. La alegría de estar ahí parado en la linea de partida a veces nos hace salir por encima de nuestro ritmo habitual. Al cabo de 60 minutos terminaría la carrera con un gran aprendizaje, me encontraba de vuelta mirando la pasión de frente e iniciándome en un camino de potenciar vida a través de la actividad física. 

Durante el recorrido venían a mi mente las palabras de Donald G. Krause plasmadas en el libro El arte de la guerra para los ejecutivos, donde expone: “el líder que emplea los recursos adecuados para el desafío con que se encuentra, vencerá”. Puesto que me había entrenado y estaba al ritmo alineado de mis capacidades musculares podían soportar, tenía que salir airoso. Sufrí en cada kilómetro porque se me hacía interminable la ruta. Es cuando sabes que tan largo pueden ser 3 minutos. En el último kilómetro hice dupla con otro corredor y empezamos a subir el paso. Ninguno quería ceder, pero ambos sabíamos que uno de los dos tendría que hacerlo.

Pues no fui yo, apreté los dientes y soporte el ritmo que venía imponiendo. Después de todo se trataba de ganarle al saboteador interno. Ese que te habla y seduce en la mente criticándote y adversando cada nueva idea que se asoma en la mente. Siempre buscando el saboteador interno, el camino de menor resistencia. Mientras el running, te muestra que el camino de mayor resistencia es el encargado de otorgarte la mayor felicidad expuesta con placer. 

El lugar que había guardado para esta primera medalla, estaba aguardando su llegada. Así que nada me detendría en cruzar esa meta y vivir en un estado de euforia la sensación de imbatibilidad. Una energía capaz de acompañarte durante cada nuevo inicio, de todo emprendimiento que ejecutas. En esos momentos donde otros dicen que no pueden, pues ahora tu lo intentarás con disciplina determinación y un deseo ardiente de lograrlo. 

INICIO

Al igual que al empezar mi primer negocio, los 12 primeros meses fueron muy duros, pero en vez de dolores musculares fue el temor y el estrés de pensar lo comprometido donde me encontraba con la obligaciones bancarias y la necesidad de salir a flote con mi emprendimiento. Ademas de lo significativo e importante de triunfar con tu propio proyecto para inspirar a otros a dar el primer paso.

Afirma Susan Jeffers, autora del libro Siente el miedo y hazlo de cualquier forma, “que el miedo es una forma de pensar que no podremos enfrentar dificultades, pero al final todos podremos lidiar con obstáculos”. De esta forma, como un corredor transcurre kilómetro a kilómetro, logré alcanzar la ansiada meta, experimentando una sensación de triunfo. Apenas crucé la meta, olvidé la fatiga y el dolor que me atosigaron durante el recorrido y así nació una fortaleza que me acompañará por el resto de la vida. 

En la misma medida esto ocurre con los emprendedores de negocios, que apuestan todo a sus ideas y cuando cruzan el umbral de lo desconocido y experimentan por primera vez el éxito, se convencen de que todo es posible si se lucha con coraje. Sentencia Jorge Bucay en su libro El mito de la diosa fortuna: “aquellas personas que dicen ser afortunadas obtienen estadísticamente más resultados favorables o coincidentes con su deseo que aquellos que creen lo contrario”. 


LA META

Ahí estaba la meta frente a mis ojos. Lo había logrado, estaba de vuelta después de muchos años fuera de las carreras de asfalto. Ahora el nuevo aprendizaje se transformaría en disciplina para mantenerme dentro del aura del running. Así como, la determinación de seguir alcanzando nuevas metas me recordaría porque hago lo que hago. Una forma de alimentar el deseo ardiente, que origina una llama flameante dentro de mi ser. 

Después de correr muchos 10K, algunos 21K y otros 42K mi mente realiza una panorámica en estos últimos 15 años. Donde la pasión continua intacta detrás de cada compromiso adquirido por cruzar una nueva linea de llegada.  Actividad que me ha permitido impulsar otras áreas de mi vida en positivo. La actividad de correr te deja ademas, buenas amistades y un enorme gusto por los viajes, muy en especial aquellos donde siempre la excusa se hace perfecta para una carrera. La combinación de turismo detrás de una meta potencia un Despertar de ese “yo ganador” que todo ser humano lleva dentro de sí.

Cada domingo continuaremos saliendo a realizar “los largos” recorridos que nos permiten conectar con nuestros sueños y metas a alcanzar. Mientras se va mejorando ala inversión en salud que se realiza en cada zancada sobre una oscilación perfecta de nuestra respiración en sincrónica mente y cuerpo.