Libro CORRO LUEGO PIENSO
SINOPSIS
Aceptar el running
como uno de los principios cotidianos en nuestra vida, es iniciar el camino de
la transformación interior, es someter el pensamiento bajo cada pisada que se
da hacia la meta y, de esta manera, elevar exponencialmente el espíritu de lucha
diario. Roy Machado apolinar en Corro, luego pienso plantea la importancia de
asumir el running como un compromiso que hay que vivir con pasión y entusiasmo,
ya que sus efectos se manifiestan en loa pequeños y grandes logros de la vida.
Corro, luego pienso es un libro que nos revela las grandes posibilidades que
aparecen en el diario acontecer humano al aceptar que hay un gran ganador en
cada persona y en ti mismo para transformarte y ser el gran emprendedor de tus
propios retos.
PREFACIO
SIEMPRE HACIA ADELANTE
En el crecimiento constante que ha sido y es
mi vida, dosificado con una medicina llamada running. Aproveche una oportunidad para fugarme a la Isla de
Margarita en Venezuela. Durante el viaje, la punta del grafito se mantuvo
afilada en cada trazo. Fue así, como llego la inspiración para escribir este
libro, con la ayuda de la armonía brindada por el mar y su vistosidad.
Correr me ha permitido tener una vida
activa, plena de historias construidas a diario. La placentera sensación de
mover las piernas a ritmo con mi respiración me ha ayudado a superarme en cada
reto que he tenido que enfrentar fortaleciendo y despertando el yo ganador
existente en todos los seres humanos. Cada séptimo de semana en todos los rincones
y avenidas del planeta se suman nuevos y más corredores quienes buscan a través
de su ritmo y zancada construir sus propias historias.
De forma precisa, las carreras registran la
marcha de nuestro tiempo biológico y, al mismo instante, permiten a nuestro
cuerpo ir cada vez más lejos. La juventud, regida por la sincronía de las
agujas del reloj, es apenas un pestañar. Correr nos entrega, a través del
entrenamiento constante, un cuerpo y una mente que superan ese tiempo. Las
carreras de calle rejuvenecen el espíritu libre de cada practicante.
Llevar el alma sobre el asfalto, sentir el
mundo en movimiento mientras se eleva el pensamiento en cada golpe de los pies
sobre el suelo brindan no solo un estilo de vida, entregan salud creatividad y
equilibrio emocional. Así nace el pensamiento desconocedor de límites. Palabra
eliminada de los runners de su
glosario personal. Correr entonces se convierte en la táctica para hallar
pasillos en la mente capaces de ofrecer soluciones a nuestros problemas en un
meditar a ritmo individual.
En cada terminar de mi rutina de correr, se
originan sueños con un toque de atrevimiento. Mis sueños van desde el altruismo
hasta la filantropía. Pero a sabiendas de los obstáculos de la vida fortalezco
mi espíritu con la frase: “no me detengo”. Nazco y voy al encuentro con mi luz
interna guiado por la sed de cruzar metas a diario. Como se dice en este
deporte “siempre hacia adelante”.
La vida es como un viaje en metro donde cada
parada representa una nueva decisión asumiendo los cambios constantes como algo
cotidiano. Entendiendo a la edad joven como una etapa de decisiones grandes y
pequeñas, día a día decidiendo nuestro camino. Posteriormente la edad adulta,
aquí nos toca ver los efectos de las decisiones tomadas. Y así arribar a la
edad madura donde el disfrutar de haber vivido bajo el efecto de lo que nos
apasiona nos permitirá llegar a la meta de la vida sonriendo.
En mi búsqueda por alcanzar equilibrio entre
mi mente y mi cuerpo transformo mi energía en el correr llevándola hasta cruzar
la meta de mis objetivos. Sin dejar nunca de soñar voy marcando y viviendo cada
momento, dejando fluir la creatividad y aceptando cada cambio. Así, se vive el
placer de aceptar un mundo sin igual. Donde cada paso marca no solo mi ritmo sino
también mis nuevas ideas construyendo nuevos retos. Trabajando cada uno de
ellos desde primero desde la óptica de visualizar y luego al logro le doy forma
con el entrenamiento.
Cada uno de los acontecimientos expuestos en
los diferentes capítulos, fueron escritos bajo el ritmo de las olas del mar. Esas, las mismas capaces de reventar en las rocas y
en la orilla de la playa. Con una fuerza natural sorprendente
y a la vez mágica. Vi pasar cada una de ellas en mis trotes matutinos bajo el
naciente sol insular. De esta forma presento a mis lectores el aprendizaje de
todos estos años viviendo bajo el aura del running.
Quiero mostrar como el hacer algo placentero se convierte en una fuente de
motivación donde encontramos más de lo imaginado y la abundancia de lo deseado.